«MIRKA» es la historia de un niño de 10 años que llega una mañana de verano y llama a la puerta de una casa donde viven dos mujeres: Elena, una joven de 22 años y su madre Kalsan, quienes viven solas, en una granja situada al pie de la montaña, en el límite del mundo habitado.

El trozo de tela que el pequeño Mirka saca de su mochila trastorna a las dos mujeres. La abuela Kalsan parece reconocer la tela bordada por sus propias manos y que había servido para envolver al hijo de su nieta Elena, nacido de una violación sufrida a los 14 años. Para la abuela, el regreso del niño con evidentes diferencias raciales (cabellos negros, ojos negros), hace surgir el recuerdo de la guerra y la violencia, atrayendo así sobre ambas mujeres la hostilidad y el odio de la gente del pueblo.

Para Elena, Mirka es la imagen viva del drama que vivió y su presencia abre esa vieja herida que se había cicatrizado con el tiempo. Mirka es la historia de un niño que intenta, con tan sólo sus 10 años, comprender este mundo de los adultos.